Con el comienzo del mes de septiembre, retornamos a los hábitos de todo el año, donde volvemos a trabajar, los niños al cole, institutos, universidades y el trabajo vuelven a la rutina. Y nuestro cuerpo como reacciona ante todo este cambio?
En los últimos años hemos escuchado el término «síndrome post-vacacional» a este período y de eso se trata, volver a nuestras rutinas y labores, después de unos meses donde el «en otoño empiezo» ha sido el protagonista.
El síndrome post-vacacional no se puede catalogar como una enfermedad aunque sí se puede diagnosticar mediante unos síntomas propios del momento en que volvemos de vacaciones a nuestra vida activa. Si en el proceso de adaptación fracasamos, se generan una serie de molestias a nivel físico, emocional, social, etc. Repercutiendo en nuestra calidad de vida.
Esta situación nos puede generar problemas de insomnio, astenia, cierta agresividad. La tolerancia al trabajo se ve limitada como la capacidad de concentración.
Nuestros desórdenes tanto en el sueño como en las comidas y cenas, se ven alteradas y acompañadas por las altas temperaturas del verano con una usencia casi completa de la rutina.
Para evitar todo esto te recomendamos evitar las vacaciones de largos períodos y descansar cuando las tengas, porque si fuerzas a tu cuerpo, realmente no habrás descansado.
Muy importante, aprovecha que tienes más tiempo libre para hacer «MEDITACIONES». En ellas encontrarás la paz que tu cuerpo necesita y si lo haces durante 21 días, lo aplicarás como un hábito. El silencio de la mente hace que todas las enfermedades, síntomas y problemas se vayan de tu cabeza, sabemos que existen en nuestra mente nada más.
Disfruta de los momentos, de tus hijos, tus animales, tu hogar y todo lo que te rodea, muchas veces nuestra ansiedad o preocupaciones son problemas que tienen solución, sólo es cuestión de tiempo y hay que darles eso, tiempo.
Espero que tengas una muy feliz vuelta a la rutina y que poco a poco te recuperes de las vacaciones.